viernes, 2 de octubre de 2009

Life's short after all

La vida es corta, aunque vivamos muchos años, la vida siempre es corta, y creo que siempre nunca nos va a dar tiempo de hacer todo lo que quisiéramos hacer en esta vida.

Sin embargo, hay cosas que uno nunca quisiera cambiar en la vida, y podríamos renunciar a muchas vivencias con tal de conservar esas preciadas cosas. Lamentablemente, algunas veces, por el mismo miedo a perder nuestros tesoros, nosotros mismos los echamos fuera, y nos vemos sumergidos en decepciones.

Pérdidas en la vida tendremos muchas, pero algunas veces, el hecho de perder a una persona hace que se pierda una gran parte de nosotros mismos. El mes de septiembre fue de pérdidas, y no sólo en mi vida, sino en la vida de muchas personas que me rodean, y creo que hay un sentimiento colectivo de soledad y desolación.

A pesar de todo, he logrado apreciar lo que me ha quedado, y muchas personas cercanas a mí me han ayudado bastante a sentirme acompañada, en especial, mi familia. Además, he logrado comenzar una autoexploración más profunda, para poderme conocer a mí misma, para poder estar en armonía con lo que me rodea, aunque honestamente creo que esta búsqueda va un poco lenta.

Fortaleza y paciencia de lo alto es lo que necesito, y sobre todo amor, pero amor verdadero, el amor incondicional que no se va a esfumar con una mala acción o un error. Estoy conciente que esa clase de amor no la voy a encontrar acá, y que está en Dios solamente, así que me lleno de fe para poder seguir adelante. Ánimo a todos los que hemos perdido algo, y sólo me resta decir que al final, la vida es corta, así que hay que vivirla al máximo.