domingo, 31 de enero de 2016

10 meses

Fueron 10 meses maravillosos junto al hombre más bello. Muchas ilusiones, muchos sueños despertaron, me llenaron y su amor me envolvió dulcemente.

Ahora, es momento de borrar ilusiones, modificar sueños y tratar de levantar el rostro y seguir sonriendo. Luchar por no caer en depresión, pero sobre todo, estar agradecida por lo que pasó y porque mientras haya vida, hay esperanza.

Mi corazón no para de llorar, y esta ruptura interior eventualmente me hará más fuerte. Pero por ahora, tengo un duelo, y no lo puedo evitar.

Mi Carlitos bello, mi amor, sólo espero que seas muy feliz, y que encuentres tu camino lleno de plantas y mucha frescura, que el agua te renueve el alma constantemente.

Me hubiera encantado concluir algunos planes, como el viaje a México, conocer tu país y tu mundo, pero supongo que en otra vida, en otras circunstancias, tal vez se hubieran podido dar.

Te llevo grabado en mi memoria, en mi corazón, y he construido una pequeña casita en mí, cómoda, linda y acogedora para que tu recuerdo tan dulce la habite.

Te amo, hasta siempre.

Mayra.

sábado, 16 de enero de 2016

Dejando de creer

A veces simplemente se deja de creer. Las acciones dicen más que mil palabras y lo que me han demostrado últimamente es que mi compañía en la cama es grata, pero en el resto de la vida no.

Por un lado, me quedo tranquila, pues a pesar de mi carácter volátil y algunos issues emocionales, siento que he dado todo mi ser a la persona que amo, y entiendo que nunca será suficiente. Yo no soy lo suficientemente libre, ni inteligente, ni interesante para la gente genial.

Por otro lado, la tristeza que me invade es grande, pero trae consigo cierto consuelo.  Sólo espero nunca haberle causado a él ni un poco del dolor que él me ha causado a mí (con o sin querer). Sé que después de esto habré cambiado tanto que pareceré irreconocible, pero como el fénix, tendré que aprender a renacer de las cenizas.

Tengo muchísimo qué decir con respecto a este tema que para mí se ha tornado tan complejo, pero por ahora esto es lo único que escribiré.

jueves, 31 de diciembre de 2015

Ruptura interior

Hay circunstancias que no sólo te dejan pensando, también te rompen en pedazos.

De joven, hablaba con mi mejor amiga sobre el dolor y cómo lo manejamos. Todo se resume a que no importa si alguien pierde a su mascota (una tortuga, por ejemplo) y alguien más pierde a su hermano, el dolor que cada uno experimenta puede llegar a ser comparable, dependiendo de la importancia que cada uno le de a su pérdida.

Sin embargo, con el tiempo uno va aprendiendo a hacer una de dos cosas, que te pelen las cosas o ignorar un poco el dolor y suprimirlo para continuar con la vida.

Termino el 2015 con el corazón en la mano, un poco herido, observándolo, contemplándolo y admirando su complejidad, un poco también su belleza, pero sobre todo con la certeza de quererlo cuidar y resguardar a toda costa.

El 2015 ha sido tal vez el año más intenso que he vivido hasta ahora, lleno de amor, de lindas experiencias, de amigos y también de golpes económicos, quebrantos de salud y una lucha constante por mantener la salud mental y emocional (no siempre ganada, pero seguimos luchando).

No me fue nada mal, tomando en cuenta que no tenía ningún tipo de expectativa sobre el año, pues ya no acostumbro a tener propósitos a inicio de año, así que sólo puedo poner todo en la balanza y entender que siempre tengo más cosas lindas que decepciones. Ante todo, termino el año llena de agradecimiento por todo.

Para el nuevo año que comienza en unas horas, sólo queda decirle que acá estoy, lista para lo que trae, que sé que será un roller-coaster de emociones y cosas duras también, pero que no quiero desperdiciar mucho tiempo en sufrir, sólo sufriré lo necesario para sacar mi aprendizaje, pero por lo demás, quiero estar feliz, quiero construir buenas memorias y darle importancia a lo que la merece.

Con respecto a los propósitos, sí tengo varios, y romperé mi tradición de no tener expectativas, porque hay ciertos objetivos puntuales que sí tengo en mente y que quiero alcanzar.

En cuanto a la herida de fin de año, me toca observarla, cuidarla y tratar de sanarla, ara que no sea un impedimento en mi camino. Cambiaron las cosas, sí, esperando que el cambio sea favorecedor, pero sobre todo, que sea para mi protección y auto conservación.

Así que todo listo para seguir adelante y evitar ver atrás, y que los nuevos tiempos traigan nuevos retos, nuevos sentimientos, nueva música y sobre todo, nueva voluntad. Estaré dispuesta a estar con la gente que de verdad me quiere en su vida, y para todo lo demás, paz ante todo.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Soy el ojo sangriento de Mayra

Un golpe, un accidente, un descuido, provocaron una crisis de ansiedad incontrolable. Ver la sangre, sentir ese dolor acompañado de náuseas y adormecimiento de piernas, fueron el punto final.

Tantas cosas por explicar,  tan poca coherencia al hablar, al pensar. Ideas erráticas invaden mi mente y no logro articular pensamientos coherentes a partir de ellas.

No, no es normal que alguien sea feliz en su miseria, bajo ninguna circunstancia,  es sólo que a veces pierdo el control. Es difícil ver cómo lo observan a uno desde afuera, y conocer la percepción que tiene la gente de cómo puede llegar uno a actuar.

Debe ser terrible ver cómo alguien se autodestruye todo el tiempo, se construye para luego volverse a destruir. Por supuesto, uno no lo percibe de esa forma. Uno lo piensa como que son sus demonios persiguiéndole a uno porque uno se lo merece.

He llegado a ese punto en el que siento que no merezco nada de lo que tengo, pero tampoco estoy dispuesta a dejar de luchar por ello. Me encuentro sin fuerza, sin esperanza, sin rumbo, sin lucidez, sin valor, pero con voluntad de estar mejor.

Días de introspección se vienen encima, y no sé si estoy lista, pero estoy dispuesta, y eso debe contar para algo. Pretendo muchas veces llevarle paz y felicidad a los que me rodean, pero no tengo ni para darme eso a mí, y saberlo me come viva. 

Quisiera ser luz para muchos, pero sobre todo, quiero ser capaz de iluminarme yo sin temor a ver lo que hay en el espejo, sin repudio ni reproches.

Ojalá algún día encuentre ese punto de aceptación propia verdadera, y pueda emprender el camino hacia el amor propio. Ojalá cuando lo logre no sea muy tarde.

sábado, 15 de agosto de 2015

De uniformes

Siempre hay preguntas que no sé muy bien cómo responder y siempre trato de salir con una respuesta amable. Entre esas preguntas están: "¿qué significan tus tatuajes?", "¿duele mucho hacerse un tatuaje?", "¿por qué es tan importante la música?", y no podía faltar "¿por qué no querés usar uniforme?"


Yo no sé la razón exacta por la que detesto los uniformes, pero estoy segura que hay más de una razón, y este es un intento por aclarar mi mente más que proporcionar explicaciones a otros.

Para quiénes me conocen, no es un secreto que tengo cierta tendencia a la rebeldía, pero creo que esa no es la principal razón por la que no me gusta que me traten de homogenizar con otra gente.

Para mucha gente, si no es que para la mayoría, el hecho de que les pongan un uniforme es algo bueno, y las razones que usualmente dan son, que les ahorra tiempo de pensar por la mañana qué se van a poner, que de esa forma, su ropa no se les arruina, y otro sin fin de tonteras que realmente no me hacen sentido.

Inicio diciendo que, yo consciente de las consecuencias, elegí una carrera científica, y al hacerlo sabía que dejaría en un segundo plano las ciencias sociales y el arte. Sin embargo, me considero una persona con muchas facetas, y una importante es la capacidad (y casi obligación) de expresarme. Cuando digo expresarme, no me refiero únicamente a emitir opiniones, sino también a expresarme con la ropa que uso, los accesorios, la música que escucho, los libros que leo, las películas que disfruto. Cualquier atentado en contra de mi "libertad de expresión", obviamente me va a molestar, y en este caso, tomo los uniformes como ese atentado, sin importar que sea un uniforme "bonito" (como si en realidad existiera eso).

Además, viene siempre a mi cabeza la pregunta de: ¿qué gana una entidad al uniformar a su gente? Lo siento como una forma de control, con la paja que echan muchas empresas que es para que los empleados generen identidad hacia la compañía. Me choca la idea de que me quieran quitar parte de MI identidad para imponer la suya, y al mismo tiempo, hacer que TODOS nos veamos igual.

Con respecto al hecho de que la gente "pierde" tiempo buscando qué ponerse, sólo puedo decir que me parece el extremo de la pereza ya no querer usar el cerebro para nada, cada vez queremos que nos den todo más masticado, más digerible, y así nosotros tener que hacer únicamente el mínimo esfuerzo. Ahora bien, hablando de que la ropa no se arruina cuando uno usa uniforme, no entiendo bien el afán de la gente de preservar por tiempo infinito la prendas de vestir.

Si a eso le sumamos el hecho de que hay que considerar que si uno quiere salir después del trabajo o necesita hacer algún mandado, tiene dos opciones, una es salir y dejarse ver en público con uniforme horrendo, o llevar ropa para cambiarse todos los días al terminar labores. Este punto tal vez no es tan relevante, porque no me molestaría usar un poco de tiempo para cambiarme de ropa, pero sería algo que me puedo evitar si no imponen el uso de un uniforme.

En fin, realmente hay varias cosas que me molestan sobre este tema, pero a la hora que alguien me pregunta sobre ello, no me pongo a dar tanta explicación.