Mostrando las entradas con la etiqueta Responsabilidad. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Responsabilidad. Mostrar todas las entradas

sábado, 16 de agosto de 2008

Honestamente

Hoy estuve con ganas de escribir todo el día, y en realidad tengo muchas cosas de qué escribir, pero a ver qué sale. He estado leyendo algunos blogs interesantes, y de veras que cada cabeza es un mundo (no es como que no lo supiera, pero es que hay que ver cada cosa...).

He estado pensando en los estándares que nos pone la sociedad y en los que nos ponemos nosotros mismos. A veces son bastante difíciles de alcanzar, y muchas veces, los alcanzamos sólo para darnos cuenta de que no han llenado ni un poco nuestra alma. ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar para encajar en algún lado? Al carajo con todo!

Honestamente, ¿qué pensarías tú si te digo que a pesar de todas tus faltas eres una gran persona? ¡Dirías que estoy loca, o que tengo estándares bajos? Quién sabe, pero lo que es cierto es que lo único que importa en nuestras vidas es lo que Dios piensa de ellas. Mmm... pero ¿no son los estándares de Dios aún más altos que los humanos? Seguramente. Entonces ¿en dónde quedamos?

Para responder esto, debemos recordar que todo lo que es imposible para el hombre, es posible para Dios. Con esto ya tenemos. Aunque para muchos esto puede sonar a una respuesta vaga y sin fundamento, yo creo que es la única respuesta que puedo dar.

Estoy cansada de vivir bajo los preceptos de la sociedad, encuentro en ella un sin fin de reglas inútiles, sólo para vernos bien ante otra gente, que, de no seguir esas reglas nos detestarían. Entonces igual, la sociedad nos detesta, y sólo quiere a las reglas. ¿No se les hace un mundo bastante estúpido ese, en dónde se aprecia lo que se hace y no lo que se es? Entonces creo que antes que nada, cada uno debe responder la pregunta de quién es.

¿Soy lo que hago? Yo no, por lo menos, ustedes, quien sabe. Yo por ejemplo, hago bastantes idioteces, pero no soy idiota; leo, pero no soy lectora; cago, pero no soy una cagada... Creo que con esto ya doy una idea clara de lo que quiero decir. Yo SOY una hija del Dios de amor, yo soy esposa, yo soy madre, hija, hermana, amiga (aunque últimamente he andado alejada de todos), soy una mujer. Me pela que para el mundo eso no signifique nada, que para la sociedad sea una más, un número, una estadística, porque en realidad yo conozco mi valor, y no es el que el mundo me da.

Sin embargo, una vez definido lo que soy, tengo una gran responsabilidad de lo que hago. Si soy esposa, pero no atiendo a mi esposo, entonces no estoy cumpliendo con mi responsabilidad. Pero es diferente hacer algo por convicción que por obligación, así que siempre es necesario definir quién para luego definir cómo y qué.

Una vez hecho esto, sólo toca llevarlo a la acción, que no es la parte más difícil, pero sí la que requiere mayor consistencia. Entonces los invito a emprender su búsqueda, y si ya lo tiene resuelto, pues qué dichosos, bién por ustedes!

sábado, 19 de julio de 2008

Conversaciones importantes


Últimamente no he salido casi nada, he estado en mi casa, haciendo parte de lo que se supone que debería hacer. En este tiempo no he podido evitar pensar en todo lo que podría estar haciendo si no tuviera ninguna responsabilidad, y he encontrado que mi vida no tendría ningún sentido. Es por ello que agradezco a Dios por las responsabilidades, porque me dan algo que hacer, algo que perder, algo que esperar, algo con qué soñar...


En esta ocasión quiero agradecer públicamente a dos personas, que aunque no lo crean, y talvez debido a mi incomunicación con el mundo, me han dado buena plática. La primera de ellas es Cristián, un amigo que es bastante sensible, centrado, honesto y bastante atinado, me recordó el gran trabajo que hace una madre en su hogar, y lo importante que es su presencia en la vida familiar. De esta forma aprovecho para mandar un gran saludo a todas las madres dedicadas, que han dejado algunos gustos por cuidar a sus familias, como lo han sido mi mamá, la mamá de Cristián, y muchas otras que encajan en el perfil.


Este amigo me recordó también que el hecho de dedicarse a la familia no quiere decir olvidarse de uno mismo, sino más bien, realizarse en todas las áreas importantes, estableciendo las prioridades debidas. Todo esto fue reconfortante, pues hay momentos en los que pienso en los estudios que me están esperando aún, en los momentos agradables con mis amigos, y algunas otras cosas. Pero todo esto me lleva a ver que tengo que esforzarme el triple por aquéllo que me importa, para no embarrarla. Así que por todo eso, gracias Cristián!


La otra conversación determinante en estos últimos tiempos fue una ciber-conversación con Andrea, a través del msn. Hablando con ella recordé lo importante que es no luchar solo, lo importante que es pedir ayuda, pero pedir la ayuda indicada, y lo importante que es esperar, esperar con Fe, y saber que todo lo que pasa para los que aman a Jesús es para bien. Por último recordé de lo importante que es el HOY, y que hay que aprovecharlo al máximo.


Ahora sólo me queda esperar que mi alma pueda ser salvada, y todavía me queda aprender a callar, a no renegar de nada, ni de lo bueno ni de lo malo, y me queda aprender a escapar de la mediocridad del mundo, esa mediocridad que a veces me envuelve y me cega. Espero que HOY pueda ser mejor.