viernes, 10 de octubre de 2008

Autoestima y baja estima

Personalmente soy víctima de baja autoestima, por muchas razones, entre las que puedo mencionar pensamientos irreverentes, buena vista, espejos, demasiada conciencia de lo que me rodea, y algunos feedback que he recibido de mis semejantes humanos.

Sin embargo, puedo decir que la baja autoestima ya no es autoestima inexistente, pues ahora reconozco mejor algunas de mis virtudes, como el hecho de que no soy tan idiota como antes afirmaba, o que no soy tan vacía como para perderme únicamente en las vanalidades de la vida.

La autoestima no es el resultado unicamente de la inconformidad con lo que hay en el exterior, sino que también con lo que hay en el interior, tanto las emociones como los pensamientos y la razón. En realidad, además de que nunca he estado y creo que nunca estaré conforme con mi apariencia, lo que más me afecta en este mundo es lo que hay dentro de mí, porque me gustaría ser mejor persona, más noble, más humilde, más inteligente, más aplicada en lo que hago, más cariñosa, más amena, menos tímida, menos soberbia, en fin, me gustaría ser mejor.



Ademas, y debo citar en este momento a mi estimada Daria, no es sólo la baja autoestima, sino también la baja estima por los demás lo que me afecta, pues a veces me veo rodeada de personas que de verdad, ni se esfuerzan en ser menos basura, y he de decir que en este país, tristemente, hay mucha mediocridad, por todos lados. Claro no quiere decir que todos son mediocres, sino que sí hay muchos que lo son.

Este país necesita gente capaz, con visión y con la suficiente valentía para llevar a cabo sus ideas, sus metas, gente esforzada y valiente, capaz de soportar la presión del mundo, que nos quiere hacer a todos iguales, para que seamos más controlables, para ser como robots, las fuentes de energía que sean capaces de alimentar las necesidades de los más grandes.

La autoestima se puede ir componiendo, y talvez no a base de autoengaño, como la psicología propone, sino con un esfuerzo diario por ser mejor, porque sólo así, al final del día uno se siente un poco mejor con uno mismo, aunque no nos veamos como queremos o no tengamos el peso ideal, ni el tipo de pelo que queremos, ni menos pecas, acné o cualquier otra característica vanal. Lo externo inevitablemente decae (a menos que muramos jóvenes), pero lo de adentro, se puede ir cultivando para que cada día sea mejor.

Yo, en lo personal, creo que necesito más de Dios en mi vida, acercarme a él y aceptar su voluntad en mi vida para lograr sentirme mejor. Sin embargo, no sé si lo pueda lograr, porque ya estoy programada para ser mi propio dios. Para los demás, ojalá encuentren su propia forma de sentirse bien, y entre todos, ojalá podamos construir un mejor país.

No hay comentarios.: